Siempre me ha gustado
escribir, aunque no es algo que hiciera habitualmente hasta que
empecé este blog, en los momentos de más importantes de mi vida sí
lo he hecho. Me gusta dejar reflejado mis sentimientos y emociones
de esos días, para luego, cuando pase el tiempo, volver a leerlos,
volver a revivir los sentimientos de ese día.
Lo que voy a compartir hoy
es algo muy especial, es una carta que escribí a mi hija cuando aún
estaba embarazada; exactamente me faltaban diez días para poder
abrazarla, aunque como es lógico entonces no lo sabia. Esta carta la
escribí después de sufrir un aborto y de tener después un embarazo
delicado.
Estos días difíciles que
estoy pasando me he acordado de ella y la he desempolvado del cajón.
Me ha dado por pensar cuando me gustaría dársela; quizás en plena
adolescencia cuando empiecen los conflictos conmigo, que seguro
llegarán, esta pueda ser una forma de enseñarla cuanto la quiero,
aún antes de ser concebida. También he pensado cuanto me gustaría
que ella la releyera cuando esté embarazada, cuando pueda compartir
conmigo todos los sentimientos de esa carta. Hasta entonces espero
que no se enfade en un futuro por haberla compartido contigo.
10
de marzo de 2008
A
mi pequeña:
Apenas
quedan unos días, quizás solo unas horas para que podamos vernos y
tocarnos; poder besarte y decirte lo mucho que te quiero, aunque ya
te lo digo, y creo que tu lo sientes. Quiero dejar escrito en este
momento los sentimientos que me embargan para no olvidarlos cuando
haya pasado el tiempo y me enfade contigo.
Momentos
de miedo, angustia, pero también de impaciencia e ilusión. El miedo
nos ha acompañado durante todo el embarazo; ha sido difícil de
sobrellevar, ha habido momentos para todo, para preocuparme y llorar
porque te pudiese pasar algo, pero también de mucha ilusión e
incluso de risa junto a tu padre cuando vemos tus movimientos dentro
de mi tripa. Eres muy inquieta y algunos momentos de tanto apretar y
estirarte creo que buscas salir por el sitio equivocado. Tu padre te
pone la mano sobre lo que parece tu culete y te calmas, pero solo un
momento porque enseguida empiezas otra vez a moverte sin parar; a
veces me cansas y me enfado contigo, pero procuro no reñirte porque
pensar en no sentirte me aterra y prefiero soportar tu inquietud a
estar un segundo sin notarte.
No
sé qué nos espera de aquí en adelante ,sólo deseo que todo vaya
bien y que estemos muy pronto los tres juntos en casa.
Espero
poder disfrutar de tu infancia , que sientas que nos tienes junto a
tí, que te sientas querida aunque de eso apenas tengo dudas, eres
una niña esperada, deseada y querida desde mucho antes de ser
concebida.
Pero
también espero cosas de ti; que seas responsable y que tengas buena
cabeza y la utilices, que en estos tiempos es mucho pedir, pero sé
que tendrás un buen ejemplo tanto en tu padre como en mí, que
intentaremos ser el espejo en el que tu te mires. Sé que nos
equivocaremos, pero también sé que sabrás perdonarnos .
Espero
que crezcas libre de actos y también de pensamientos. Deseo poder
poner a tu alcance todo lo necesario para que consigas todas las
metas que te propongas y también sé que sabrás aprovechar todos
nuestros esfuerzos.
Espero
grandes cosas de ti, pero sobre todo que seas una gran persona y que
ante todo y sobre todo que seas Feliz.
Tu
Mamá
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