lunes, 25 de junio de 2012

Verano, verano, verano, espera la playa y el sol ya llegan las vaciones porque el cole ya teminó




Miércoles 20 de Junio





Final de curso, no se como expresar como me siento, triste, nostálgica, emocionada muchos son los adjetivos que se me vienen a la cabeza pero no encuentro ninguno para expresar el nudo que siento en mi garganta al pensar que ya ha pasado un curso escolar.

Parece que fue ayer cuando marcaba con su nombre los babys y preparaba el material escolar para mi peque y ya han pasado nueve meses! Meses en los que juntas hemos crecido mucho, físicamente pero sobre todo como personas. Mi niña llegó al cole siendo mi bebe y hoy es una personita “independiente” que piensa, razona y decide por si misma. Estoy muy orgullosa de como ha madurado, de todo lo que hemos aprendido. Pero en mi interior me resisto a dejarla crecer, el próximo curso ya no será de “la clase de los pequeños”, me cuesta aceptar eso pero también me cuesta aceptar las nuevas rutinas que se nos plantean.

Para los padres que trabajamos las vacaciones del colegio en general, son un verdadero quebradero de cabeza, encontrar un lugar donde puedan estar e intentar compaginar horarios es todo un reto.


En las recomendaciones dadas por el cole pone:



“el verano es un período de descanso para el niño. Vuestro hij@ DEBE jugar, bañarse, divertirse, ver cosas nuevas y disfrutar de ellas. Vosotros DEBÉIS proporciónarselo. “



Precisamente en verano es cuando Papá y yo más trabajo tenemos, y según están las cosas hay que aprovechar........

¿pero, y mi niña?

Pues con los abuelos, los que espero tengan fuerzas para seguir ayudandonos en la tarea de cuidarla, algunos quizás piensen que no es justo cargar con nuestro a hijos a sus abuelos, pero para algunos es nuestro único recurso para conciliar la vida familiar y laboral.

Me siento culpable por pedir a mis padres que hagan “mi trabajo” y también por no pasar todo el tiempo con ella y hacer todas esas cosas que se supone se hacen en vacaciones, pero espero que nuestro sacrificio de hoy sea su bien de mañana, (bueno de mañana y de hoy, porque comer comemos todos los días)



Mañana es la fiesta de fin de curso en el cole, pero ella no asistirá, lleva unos días con fiebre. Me da muchísima pena que no pueda ir, pero, es lo mejor para ella. Con lo cual, ya hemos dado por terminado el curso para nosotros.

Os deseo que tengáis un feliz verano, y sobre todo que disfrutéis mucho de vuestros hijos.

lunes, 11 de junio de 2012

HEROES ANÓNIMOS


A veces leemos noticias o vemos videos de pequeñas heroicidades, de personas anónimas que un día cualquiera se convierten en noticia. Pero todos los días a nuestro alrededor pueden estar ocurriendo, sin que sepamos de ellas, porque no saltan a los medios de comunicación o porque no hay nadie cerca con la suficiente sangre fría para, en un momento de tensión coger su cámara y grabar lo que ocurre. Esto que os cuento hoy, me lo relatan en primera persona, y cuando lo escucho puedo sentir su angustia e impotencia. Os cuento:



3 de la tarde, sale de su edificio para dirigirse al trabajo. Al salir a la calle siente el llanto de un bebé ante el que no puede reprimir ese sentido innato que tenemos todas las madres de buscar con la mirada de donde proviene. Levanta la vista y lo que ve le produce un ataque de nervios:

De una de las terrazas del bloque de enfrente pende el cuerpo de un niño. Las terrazas tienen barrotes de hierro y por debajo queda un hueco por donde asoma el cuerpo de un pequeño. Tiene todo el tronco fuera, sólo está sujeto por los brazos.



Su primera intención es tranquilizar al bebe para que deje de patalear, pues con el movimiento se acerca más al vacío y comienza a hablarle. Después se dirige a llamar al piso; no sabe exactamente cual es asique llama a todos los primeros. Para su desesperación nadie responde.




Sigue hablando al pequeño para calmarlo, con la suerte de estar en primavera y que se tengan las ventanas abiertas y una vecina del niño se asoma a la terraza.

-Corre, baja a avisar a su madre!



La vecina baja a llamar a la casa, pero tampoco obtiene respuesta.

La heroína relata su impotencia de no poder llamar a la madre del niño pues aunque conoce a gran parte de los vecinos, estos son nuevos y no conoce su nombre, ademas de contar con la barrera del idioma pues son de nacionalidad marroquí.

“- ...no sabía como llamarla, ¿que la iba a decir moraaa? Si se llamara María o Pepa... Ahora ya si se su nombre”



Ante el revuelo armado, otra vecina también marroquí salió a la terraza y al verlo llamó a la madre del pequeño por su nombre y por fin, esta salió a coger al pequeño.

Lo recogió y se metió para dentro.

Ahí quedó nuestra heroina sola con su ataque de nervios; tardó varios minutos en poder moverse, pues las piernas no la sostenían por el temblor que tenía.

Pasados unos días se encontró con el pequeño y su madre, y esta vez si la dio las gracias, contándola que ese día, con los nervios no se dio cuenta de hacerlo y que después en casa lloró por el susto.

Desde ese día la puerta de la terraza permanece cerrada y es que según cuentan, era habitual ver a otro hermano mayor de unos dos años jugando solo en ella aunque ese día el pequeño que apenas gatea estuviera solo allí.

Pequeños actos de las personas que nos rodean nos reconfortan con el ser humano. Mi hermana, mi heroína.